A.l.: ¿Artificial Inteligence o Amigos Invisibles?
Arleny Valle Martínez • Oct 20, 2022

Retos y oportunidades de la inclusión de la inteligencia artificial y la automatización para las nuevas generaciones en la región latinoamericana.

¿Cuánto falta para que mi trabajo sea remplazado? ¿Cuándo podrá una máquina o un software hacer lo que yo hago? Según el análisis del impacto potencial a largo plazo de la automatización hecho por PricewaterhouseCoopers en conjunto con Forbes que titularon: "Will robots really steal our jobs?" en el 2020, el 37% de los trabajadores de la UE, UK, USA y Japón se preocupan por perder sus trabajos debido a la inteligencia artificial u otro tipo de automatización. Desde que tengo memoria, la batalla del "hombre" vs "los robots" ha sido parte de la cartelera mundial con Hollywood asignando al imaginario colectivo el futuro distópico de que Skynet cuando domine el mundo nos matará a todos y que John Connor nos salvará del genocidio. Ni se diga en Mad Max, donde terminamos matándonos entre nosotros mismos cuando le ganamos la guerra a los robots. Posiblemente de acá provengan algunos recelos a la tecnología, aunque también crecimos con la ilusión de los inventos de los Supersónicos y de Volver al Futuro - lo cual me recuerda un artículo fugaz del Facebook en el que los millenials reclamamos los autos voladores que nos prometieron tener en este futuro-de-los-años ochenta que estamos viviendo.

Entonces, ¿tener o no tener miedo? Yo no lo tengo. Ninguno lo deberíamos de tener. La tecnología ha venido remplazando labores desde que vamos haciendo tecnología. Justo para eso los seres humanos nos hemos dedicado a evolucionar como especie y nos hemos permitido tener y ser lo que somos hoy. Hay muchos factores que pueden estar afectando cómo percibimos este proceso y uno de los más influyentes es el acceso a la información. Posiblemente nos asuste perder nuestros trabajos si a nosotros llega constantemente la noticia de que al 2030 el 52% de los trabajos en el sector transporte y almacenamiento serán realizados por máquinas y robótica¹, que ya los drones reparten paquetes y los taxis se manejan solos. Nos encontramos en una época de saturación y es importante recordar que la manipulación mediática influye drásticamente en nuestro proceder diario y debemos mantener la capacidad de discernir y seleccionar lo que consumimos de los medios.

La innovación disruptiva se define como un proceso mediante el cual una solución ya existente es transformada, generalmente con ayuda de la tecnología.

Si continuamos el desglose de los sectores que se encuentran más vulnerables ante el remplazo por las A.I.s, luego del transporte y almacenamiento está el sector manufactura, seguido por el sector construcción, luego administración y servicio al cliente, ventas, finanzas, seguros, comunicación y eventualmente el resto de sectores laborales, lo que nos recuerda que todos somos remplazables, pero a esto popularmente lo conocemos como "el ciclo de la vida". Si nos ubicamos en que la tecnología es algo del pasado y no del futuro, este ciclo de remplazo cobra sentido. Bien Hawking decía que caminamos encima de los hombros de gigantes, los avances tecnológicos y descubrimientos predecesores impulsan Y fomentan el desarrollo de los sucesores. El uso del fuego es tecnología, como lo es la construcción de las casas alrededor de él y toda la maquinaria pesada que se desarrolló para construir nuestras ciudades. ¿En qué momento dejamos de sentir que la tecnología nos ayuda a empezar a sentir que nos remplaza?


Si valoramos los tipos de trabajos que están siendo remplazados con mayor rapidez encontramos que las tareas manuales representan el tipo más vulnerable, con un 39% de plazas (aproximadamente) que serán sustituídas por robótica o algún tipo de automatización al 2030, seguidas por tareas rutinarias (37%), computación (29%), gestión y gerencia (27%), habilidades sociales (16%) y habilidades literarias (14%). Cabe destacar que dentro de las tareas más vulnerables al remplazo se encuentran aquellas que requieren un menor nivel educativo, y generalmente esto continúa en escala inversamente proporcional, es decir, a menor escolaridad, mayor vulnerabilidad, a mayor escolaridad, menor vulnerabilidad. ¿Acaso no suena esto parecido a la inmesa brecha de desigualdad que ya domina el mercado laboral en nuestra América Latina? La Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL) considera en su Matriz de Desigualdad Social a Latinoamérica la región más desigual del mundo, con los índices más altos de desigualdades de territorio y educación, que afectan directamente los procesos productivos que tienen gran impacto en la distribución diferencial del poder y de la participación en los procesos de toma de decisiones, asi como en las relaciones sociales de exclusión o inclusión y la capacidad que tienen las personas de desarrollarse económicamente y de ejercer sus derechos. Esta desiguladad es una expresión de la heterogeneidad estructural existente en el modelo de desarrollo latinomericano.

Entonces, cuando hablamos de la vulnerabilidad ante el remplazo de las labores por la inteligencia artificial, nos referimos directamente la a población históricamente más vulnerable, los pobres y los menos educados, y es justo en este contexto que aparece una gran oportunidad para nuestros pueblos de emerger hacia la calidad de vida, dentro de un marco de respeto a las culturas, géneros, elecciones, etnias y cosmovisiones de vida en general. Primeramente debemos ampliar y desaprender algunos conceptos de "desarrollo" y "éxito" que dominan el argot mundial y que desacreditan muchos estilos de vida que también son válidos. Esto lo comento luego de observar el rechazo a la electricidad y a otros servicios básicos en algunas comunidades rurales en el litoral sur del Cocibolca en Nicaragua. Muchos campesinos de la zona simplemente consideran que su vida es ideal, tienen aún agua limpia de fácil acceso subterráneo, tienen aire limpio, cultivan su tierra y con las labores que realizan mantienen a sus familias. Algunos indicadores nos podrán decir que al vivir con menos de dos dólares al día viven en situación de pobreza, que sin acceso a la electricidad están en subdesarrollo o que sin acceso a servicios básicos no cuentan con condiciones mínimas de salud. En otros casos, incluso, llegamos a anular la sabiduría ancestral y considerar analfabetas a aquellos que tienen abundantes conocimientos del cuido de la tierra, de los cuerpos y del espíritu. Con este comentario no pretendo escalar esta situación a todas las comunidades rurales, ni desacreditar los indicadores de calidad de vida en cuestión de escolaridad y economía, sino más bien incitar a la valoración específica de cada caso e inclusión de la amplitud de conceptos de "vida" que coexisten en nuestra región. Por otro lado, a la población citadina se debe, al igual, valorar específicamente, dentro de la pluralidad de voces y la metamorfosis constante a la que se ve expuesta, con mucha más cautela.

Este proceso de automatización de las labores manuales y repetitivas, que amenaza a la población más pobre, que son quienes las realizan actualmente, representa una oportunidad de crear mercados e inventar trabajos más dignos y respetuosos para ellos. Es una postura compleja y puede representar un paradigma el sustituir la fuerza laboral de la clase obrera por robótica, pero, ¿en serio quisiéramos perpetuar la explotación laboral que ya está establecida? El reto es encontrar nuevas plazas de trabajo y procurar que el desarrollo integral del ser humano se enfoque en la realización personal y su camino a la felicidad. Ya vivimos en un mundo donde el poder está en manos del 3% de la población mundial y el modelo corporativista evidentemente se encuentra al borde del colapso, dejando a su paso cambios climáticos, guerras, desforestación, hambruna, obesidad, pandemias, y tantos otros desastres que debemos de mitigar las nuevas generaciones. La inteligencia artificial es nuestra aliada en este caminar hacia la evolución holística de la raza humana Y la perpetuación de nuestra especie. Si la robótica y sus fábricas autómatas sustituyen maquilas donde se explotan mujeres y niños -principalmente- en jornadas de 16 horas por pocos centavos de dólar la hora, posiblemente sea positivo, y se podría considerar un poco egocéntrico el discurso facilista y privilegiado de que "trabajo es trabajo" y que al menos de este modo estas personas cuentan con una fuente de ingreso.

Históricamente el desarrollo de las grandes potencias e incluso del conocimiento académico ha sido posible gracias a la esclavitud. Si la inteligencia artificial nos permitiese que todos los seres que habitamos el planeta contemos con un mínimo de garantías, mayor cantidad de personas se podrían dedicar a su realización personal y no solo unos tantos. Es un reto para Latinoamérica importar este sistema de automatización del primer mundo, porque aún se siente como un problema de otras regiones, y visionamos en el futuro lejano este relevo de la fuerza laboral. La oportunidad de incluir la automatización y la inteligencia artificial en los proyectos de desarrollo, emprended urismo y ebullición de la economía y que no sea impuesta de sorpresa cuando inevitablemente suceda, es una ventaja de vivir en el subdesarrollo, si habría de existir alguna. Consideremos también que ya no solo las labores manuales están siendo sustituidas, sino también aquellas que son consideradas especializadas e incluso, creativas. Hoy en día la inteligencia artificial y la robótica son capaces de idear y pintar cuadros, hacer música, diseñar y un artículo similar a este podría ser escrito meramente por una máquina.

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Las nuevas generaciones tenemos el reto de instruirnos y diversificarnos en la mayor cantidad de oficios posibles, manuales e intelectuales, para lo cual las A.l.s nos permiten acceder a plataformas de aprendizajes en donde el límite de lo que podemos aprender es casi nulo. Debemos manejar la mayor cantidad de softwares especializados posibles e incluir todo el desarrollo tecnológico de punta que esté a nuestro alcance, invirtiendo en hardware de buena calidad, no como objeto de vanidad, sino como herramienta de trabajo. La democratización de la tecnología permitirá que mayor porción de la población acceda a estos equipos y la automatización de las labores permitirá que nos enfoquemos en gestionar áreas de la humanidad que generalmente han sido desplazadas, como la salud mental, la espiritualidad y el bienestar corporal. Tenemos el reto de manejar mayor cantidad de lenguajes, que podrían ser inglés, japonés, python o script.

El desarrollo de todas estas habilidades ya no pertenece únicamente a quien tenga el poder adquisitivo de pagar por educación, sino que la tecnología y la automatización también permite que una persona proveniente de cualquier estrato social pueda educarse de manera autónoma eficientemente y con calidad. Estar abiertos ante la idea de que somos remplazables es también un acto de humildad y mientras más interdependencia y manejo de las tecnologías tengamos, mayor adaptabilidad y supervivencia.


Arleny Valle

Ingeniero Agrónomo, MBA. PM4R Expert Certificate, Experta en Responsabilidad Social, Diseño, Ejecución y Supervisión de Proyectos de Inversión Pública y Desarrollo Sostenible con Cooperación Internacional, con más de 20 años en el Sector Publico peruano, especialmente en Programas con Cooperación Internacional.

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